El trabajo de fotógrafo de bodas permite ser parte de momentos espectaculares. Una de las cosas que más me gusta es trabajar por primer vez en una finca desconocida. La sensación de descubrir e ir explorando sus posibilidades es magia y creatividad a partes iguales. Esta boda en La Roureda es un claro ejemplo de lo que os acabo de contar.
Quieres saber cómo fue el gran día de Mireia e Ivan? Sígueme, que te lo cuento en palabras, y te lo enseño en imágenes:
La inolvidable boda en La Roureda de Mireia e Ivan
Un día brillante en La Roureda
Imagina una mañana soleada. Estás en una finca de ensueño para celebrar tu boda. Cuentas con jardines verdes, amplias zonas para acoger a todos tus invitados y un edificio precioso de estilo modernista como talón de fondo. Sí, se trata de La Roureda, un sitio precioso para celebrar bodas en Barcelona.
Como no podía ser de otra manera, los preparativos de la pareja tomaron parte en la antigua casa de los guardas (ahora conocida como “la casita rosa”). Un espacio reducido pero con mucho encanto y perfectamente pensado para los preparativos de una boda.
La ceremonia y toda la decoración corrió a cargo de Ariadna de Nice day Events, la wedding planner del evento. Ella fue la encargada de vestir y preparar la zona de la ceremonia civil en los jardines en frente de la casita rosa.
Una fiesta inolvidable
El ambiente joven y las ganas de celebración se notaron desde el minuto uno. Los primeros bailoteos no se hicieron esperar, a la que terminó la ceremonia fue un no parar de risas, abrazos y momentos emotivos. Catering l’Empordà fue el encargado de deleitar los paladares de los invitados con exquisitas delicias locales.
La pista de baile: donde la diversión toco techo
Sin duda, el clímax de la noche fue la apertura de la pista de baile. Aunque ya antes, en el comedor, fueron varias las veces que ni la pareja de recién casados; ni los grupos de amigos se pudieron reprimir las ganas de levantarse y empezar congas, bailes y vivir momentos de desenfreno.
Después del pastel llegó el momento de la discoteca que se convirtió en el epicentro de la diversión total. Los invitados no escatimaron en energía, entregándose a la música y creando recuerdos inolvidables en la pista de baile de este bodorrio en La Roureda.
Te diría que fue un desafío capturar la esencia de cada risa, cada paso de baile y cada gesto de complicidad. Pero en realidad, cuando la gente está entregada a la fiesta, las fotos salen solas.
Una boda llena de amor, ganas y actitud.
Si, has leído bien, estos son los tres ingredientes que van a hacer que las fotos de tu boda sean épicas. Celebra el amor de manera auténtica. Ponle ganas durante los meses de preparación y sobre todo calienta el ambiente para que tú y tus invitados vengan a la boda con actitud. Con actitud de pasarlo bien, gozar y hacer que ese día sea realmente el mejor día de tu vida.